La web rescata a La Aurora de Chile

Convirtiendo a la red en una máquina del tiempo, el proyecto que transformó en bits el primer periódico de la historia chilena tiene como principal objetivo entregar una visión de la época de la Independencia desde la perspectiva de los propios protagonistas, creando un espacio de debate sobre los hechos ocurridos en los albores de la República.

28 de febrero de 2003

Fuente: Mouse.cl

"Oh ¡si la Aurora de Chile pudiese contribuir de algún modo à la ilustración de mis Compatriotas! ¡si fuese la aurora de mas copiosas luces, precediendo à escritores mas favorecidos de la naturaleza!". Con estas palabras, publicadas el jueves 13 de febrero de 1812, Camilo Henríquez nos mostraba el sentimiento que lo impulsaba a embarcarse en una empresa pionera en nuestro país, la creación del primer periódico.

191 años después, y siguiendo la filosofía del sacerdote, la compañía Newtenberg (Nuevo Gutenberg), con Susana Docmac y José Flores a la cabeza, reviven esta publicación periodística y también la necesidad de comprender las raíces de la república sin intermediarios.

Al igual que la primera edición en papel, el 13 de febrero del 2003 llegó al ciberespacio Auroradechile.cl, luego de seis meses de arduo trabajo en donde se recopilaron las 58 ediciones generadas entre 1812 y 1813, junto al Prospecto y los ejemplares extraordinarios que tuvo la publicación.

Metiéndose a la máquina del tiempo

Quizás el gestor más importante de este proyecto es José Flores, pionero en la construcción de sitios web en Chile y en Latinoamérica, el que siempre tuvo la idea de entregar una visión de la historia de primera mano y no la visión particular que entregan algunos historiadores.

Luego de definir las líneas de lo que sería la Aurora de Chile en Internet, los creadores presentaron el proyecto al Fondart, el que se adjudicaron en julio del 2002 marcando el inicio de un largo proceso de recopilación de alrededor de seis meses, donde la tarea más tediosa fue transcribir los textos.

Marcela Tapia, periodista de Newtenberg y encargada de la recopilación de los documentos de la Aurora, señala que la tarea más dura y tediosa de esta etapa fue pasar los textos desde el papel a formatos digitales. "Lo primero que hicimos fue transcribir toda la Aurora de Chile de modo de colocarla íntegramente en el sitio. La persona encargada de esta tarea, una secretaria que escribía a la "velocidad del rayo" sufrió un poco debido a que las palabras del español antiguo se escriben de distinta manera que ahora, por lo que tuvo que leer letra por letra", comenta la periodista.

Luego vino la parte del diseño. En ese tiempo los artículos no tenían el formato que poseen las notas periodísticas en la actualidad, con epígrafe, título y bajada, y la forma de escribir era más densa, por lo que su lectura no fue fácil para el equipo de trabajo. "Por lo tanto decidimos colocarles un título y una bajada que sirviera como introducción al texto, explicando algunas cosas que pudieran estar un poco confusas", señala Tapia.

"Una vez traspasados los textos, hubo un gran trabajo de contextualización, debido a que las notas estaban hechas para ser entendidas en ese tiempo, por lo que tuvimos que investigar sobre personajes y hechos que ocurrieron en ese tiempo para que la gente pudiera comprender las informaciones", agrega la periodista.

Liliana Ormeño, quien estuvo a cargo del diseño, tenía la misión de conservar el espíritu antiguo de la Aurora y combinarlo con los elementos modernos que ofrece la tecnología. Para esto, Liliana se basó en los colores de los libros antiguos, cafés pálidos, respetando la tipografía de la época y manteniendo los pequeños detalles de la publicación, como los colofones, las viñetas, etc.

"Seguimos siendo iguales..."

Para Marcela Tapia el trabajo de equipo fue fundamental en el resultado del proyecto, ya que la cohesión de los diseñadores, ingenieros y periodistas demuestran que cuando las tres áreas se conjugan dan por resultado un buen trabajo. "Nosotros llegábamos con una idea y los ingenieros nos daban recomendaciones de como materializar la idea, y así fue como el trabajo salió bastante armónico", comentó la periodista.

Lo otro que llamó la atención de Marcela fue que la idiosincrasia de ese tiempo aún se mantiene en nuestros días. "Hemos evolucionado pero el contenido de los discursos sigue siendo el mismo. Recuerdo un artículo que me causó mucha risa. Trataba de una circular que enviaba el Gobierno, en el que prohibía el uso de escarapelas, por lo que la gente común y corriente que se conseguía alguna insignia o uniforme militar no lo podía lucir en la calle, lo que demuestra que los "celulares de palo" no son exclusivos de esta época. Seguimos siendo los mismos, un poco más evolucionados".

La periodista señala que, "también me di cuenta que Camilo Henríquez fue un hombre visionario y adelantado a su época. Ya en ese tiempo, él hablaba de la importancia de ser educado y hablar dos idiomas. Otra tema que deja de manifiesto el Fray, es la poca importancia que se les daba a los profesores, al igual que ahora, titulando una de las ediciones "Penosa ocupación" en el que habla de lo mal mirado que eran los docentes".

Según sus creadores, La Aurora de Chile en Internet, es una gran oportunidad para las nuevas generaciones de conocer nuestras raíces y desde la perspectiva de los propios protagonistas de la formación de la República. La publicación se actualiza todos los jueves al igual que la Aurora de antaño y además permite suscribirse para recibir la edición semanal en el correo electrónico.

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